Los leones son los únicos felinos que viven en manadas, generalmente constituidos por un macho dominante, varias hembras y sus crías. De hábitos crepusculares y nocturnos, tienen a jirafas, gacelas, antílopes, cebras, ñus y cerdos salvajes como sus principales presas.
Cuentan con la capacidad de alcanzar los 50km/h al correr, además del sentido del olfato, la visión y la audición bastante desarrollados, características que hacen de estos animales excelentes cazadores.
Las hembras son las principales responsables de la caza, generalmente en grupos, mientras que los machos cuidan de sus territorios. En raros casos, los leones pueden atacar a individuos de nuestra especie. En estas situaciones, se trata de leones viejos y solitarios, generalmente machos, incapaces de cazar elementos propios de su dieta.
Machos y hembras pueden alcanzar los 2,50 metros de longitud y 250 kilos, y 1,75 metros y 180 kilos, respectivamente. Así, estos animales de color que varía entre el beige y el marrón rojizo, están entre los más grandes mamíferos carnívoros encontrados en el mundo.
En cuanto a la reproducción, alcanzan la madurez sexual a los aproximados cuatro años de edad. La gestación dura alrededor de cuatro meses, dando origen a un máximo de seis cachorros.
Estos acompañarán a la madre y a la manada hasta aproximadamente los dos años de edad, cuando se hacen independientes y tienden a salir en busca de una manada para asumir. Para ello, pueden entrar en combate con el macho residente. En algunos casos, sin embargo, comienzan a vivir solos.
La esperanza de vida es de alrededor de veinte años.
Estos animales se encuentran de forma natural en África, aunque hay muchos ejemplares dispersos por el mundo, generalmente en los zoológicos.
Su estado de conservación, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN), se encuentra vulnerable, siendo la caza indiscriminada y la destrucción de hábitats sus principales causas.