Ciclo de vida del musgo

Los musgos son una especie de planta no vascular que forma parte de la familia de las briofitas. Tienen un tamaño de hasta 20 pulgadas de alto. Suelen crecer en zonas húmedas y oscuras, como las rocas, el barro y, sobre todo, bajo el agua.

Hay un aproximado de 1200 tipos  en todo el mundo y el ciclo de vida del musgo solo puede darse en ambientes limpios.

Tiempo de vida

La duración del musgo depende en buena parte de la especie. Por lo general, pueden vivir de dos a diez años bajo condiciones óptimas. Sin embargo, el ciclo de vida del musgo también se ve afectado por los niveles de contaminación.

Como se mencionó anteriormente, el musgo solo puede crecer en entornos descontaminados. Por culpa de las acciones humanas, muchas especies de musgo están actualmente en peligro de extinción.

Ciclo reproductivo

El ciclo de vida del musgo empieza con una espora haploide, la cual tiene un único conjunto de cromosomas. Esta germina y forma un protonema, que es una masa de filamentos.

De dicho protonema surge un gametofito, cuya división es en caulidios y micrófilos. En los extremos del primero aparecen los órganos sexuales del musgo.

Los femeninos son los arquegonios y tienen una protección de hojas conocida como perichaetum. Además, tienen un cuello por el que se deslizará la carga genética masculina.

Por otro lado, los órganos sexuales masculinos se conocen como anteridios y son contenidos por los perigonios, que son hojas modificadas.

En un entorno acuoso, el esperma biflagelado se propulsa desde el anteridio al arquegonio y lo fecunda, produciendo un esporófito diploide. Este se desliza a través del conducto del arquegonio, y tarda entre tres y seis meses para madurar.

Cuando alcanza la madurez, la caliptra, que contiene la cápsula y el opérculo, se desprende. Dentro de ella, las células que producen esporas hacen un proceso de meiosis para hacer esporas haploides, repitiendo así el ciclo.

Los musgos son sumamente importantes para las investigaciones de medicina, ya que contienen sustancias químicas con propiedades anti-bacterianas. Asimismo, son las favoritas de los jardineros porque requieren poco mantenimiento y contribuyen al crecimiento de otras plantas.